miércoles, 31 de octubre de 2007

IVÁN ENRÍQUEZ DICE...

IVÁN ENRÍQUEZ dijo...

Cuando el amparo nos alcance.

¿Como enfrentar un conflicto con la empresa, en el que se empeña en reducirnos las condiciones de trabajo plasmadas en nuestro Contrato Colectivo de Trabajo, con un líder que, en vez de representar los intereses de los sobrecargos, parece representar los intereses de la empresa?
Es penoso que todo mundo se dé cuenta que esta es una pugna clásica entre el patrón y los trabajadores, donde la parte patronal se vale de todas las artimañas para presionar a los trabajadores a que acepten la reducción de sus condiciones laborales, y nuestros ‘representantes’, Paco y Pilar, se traguen, así nomás, el cuento de que la empresa se encuentra en mala situación económica.
Después de hablar con muchos compañeros sobrecargos de mexicana de aviación, parece que existe la necesidad de puntualizar el desarrollo de los hechos que nos han llevado a esta situación tan precaria. No pretendo tener la verdad absoluta, este es un esfuerzo por plantear una visión que es propia y que, al hacerla del conocimiento de todos ustedes, la presento para su crítica y su análisis.
Es un recuento de los antecedentes, puntos de vista, y análisis de información generada a partir de reflexiones personales con las que podrán estar o no de acuerdo y que de cualquier forma las presento con el valor de ser eso, apreciaciones personales.
Tal parece que vamos a sufrir en el corto plazo la presión no solo de la empresa, de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), y de los sindicatos con los que conformamos la Federación de Sindicatos de Sector Aéreo (FEDSSA), sino también de nuestros representantes, Francisco Villarreal y Pilar Manrique, que si por ellos hubiera sido, ya hubieran entregado nuestro Contrato Colectivo de Trabajo (CCT). Estos personajes, al mantener una propuesta de ahorros por 16.5 MDD que no hemos avalado en Juntas Particulares, como lo establece nuestro estatuto, ya no representan nuestros intereses. Parece que están buscando la forma de que aceptemos la mutilación de nuestro contrato en vez de buscar la defensa de nuestras condiciones laborales. Esos no son nuestros intereses.

Antecedentes.

A partir de la crisis de la aviación provocada por el suceso de los ataques terroristas del 11 de septiembre, se advertía el aumento en la presión sobre nuestros Contratos Colectivos de Trabajo. En aquel entonces, el mercado de la aviación se contrajo por razones obvias, además del encarecimiento de las operaciones debido a los seguros que las autoridades estadounidenses forzaron a las aerolíneas a adquirir. El costo fluctuante del combustible es otro factor.
El sistema estadounidense permite a sus empresas entrar en un esquema de financiamiento de sus crisis al otorgar ciertos beneficios por entrar en quiebra. Lo anterior se convierte en una ventaja con la que no cuentan nuestras empresas, cualquiera y de cualquier sector. Esto es prácticamente un subsidio con el que cuentan nuestros competidores. Esto lo sufrimos a principios de esta década. La reacción fue positiva. Si recuerdan, en esa época, nuestros CCT, si bien no aumentaron en cuestión de mejoras sustantivas en nuestras revisiones, se mantuvieron en el nivel que ahora los tenemos, es decir, no sufrimos pérdidas de consideración. Sin embargo, las cesiones de algunos aumentos a que teníamos derecho han golpeado de manera constante a nuestros bolsillos, pues tienen una repercusión de por vida, sobre todos nuestros ingresos generados a futuro. Un poco antes de la venta de Mexicana, CINTRA mantuvo esa presión argumentando que el costo laboral de nuestros contratos seguía siendo elevado y sobre todo la cláusula de jubilación. La industria aérea a nivel mundial, anunciaba de manera rimbombante que la crisis había cedido y se encontraba en franca recuperación. El entorno del negocio cambiaba para convertirse en una lucha por los mercados emergentes y una verdadera guerra de tarifas. Por consiguiente, la presión sobre nuestros CCT’s se mantenía pero ahora bajo una premisa diferente. Al final de cuentas el fondo seguía siendo el mismo. Abatir los costos de operación. Aunado a todo esto, se genera el boom de las Aerolíneas de Bajo Costo (ABC) que vienen a ejercer una presión aún más fuerte sobre nuestros CCT’s.
Al principio de la administración de Francisco Villarreal, antes de la venta de Mexicana al grupo Posadas, CINTRA solicitó renegociar la cláusula de jubilación para permitir de esta manera que se concretara la tan anunciada venta de Mexicana y hacerla atractiva a los compradores pues esta carga laboral representaba un hoyo enorme en las finanzas de la empresa. Después de larga negociación, se logró el objetivo reduciendo el pasivo laboral en casi mil millones, según palabras del mismo Villarreal.
Posteriormente se vende Grupo Mexicana y en el contrato de compra venta se contempló un ajuste a la alza o a la baja en el precio final de acuerdo a los resultados financieros del ejercicio 2005. Después de su análisis, se llegó al arreglo de que el precio inicial de 165 millones de dólares fuera ajustado en 10.9 millones de dólares a la baja, dejando satisfechas a las dos partes y a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes quienes estuvieron de acuerdo en la venta y por consiguiente, en que el Grupo Posadas cumplía con los requisitos que establece la ley para ser concesionaria de Mexicana de Aviación.
Durante la revisión de contrato de septiembre de 2006, se acuerda el pasar la revisión en cero aumento y se genera un acuerdo de conformar una comisión que analice la situación económica y proponga un convenio de productividad que genere ahorros a la empresa y que libere a mexicana de ciertos candados operacionales. La propuesta da como resultado el ahorro de casi 15 millones de dólares, aún sin cuantificar algunos aspectos, dicho por miembros de esa comisión, quienes aseguran que se encuentra mal cuantificada. Esta propuesta de ahorros no se ha llevó a juntas particulares y, por consiguiente, no cuenta con la aprobación de la base.
En febrero de este año, la empresa convoca con la anuencia del sindicato a una reunión en el auditorio de ASSA, donde intentaría sensibilizar a la base de las necesidades económicas de la empresa. A fines del mismo mes, la empresa convoca a una reunión en el aeropuerto para seguir, ahora sin la mediación del sindicato, informando a los sobrecargos de sus pretensiones e inclusive sube al portal corporativo, en internet, la información para que los sobrecargos la conozcan directamente y el sindicato no ofrece respuesta al hecho. Es decir, no informa de la posición del comité ejecutivo frente a tal convocatoria.
En marzo de este año, la empresa interpone ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, una demanda de ‘Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica’, en contra de ASSA de México, por que bajo las condiciones laborales actuales, no le permiten a la empresa la viabilidad, y manifiesta la necesidad de (entre otras cosas) reducir la planta actual, de lo contrario la empresa no podrá subsistir y su explotación resulta notoriamente incosteable. ASSA de México, durante la negociación, mantubo en la mesa de negociación y en los medios una oferta de ahorros en perjuicio de nuestro CCT, por 16.5 millones de dólares anuales, sin la autorización de la base. Esto es que se han agregado aspectos que suman unos millones más en ahorros.


Enfrentamos dos problemas.

Pérdida de credibilidad.
Con la demanda por ‘conflicto económico’, por llamarla de algún modo, se nos abre la posibilidad de saber realmente cual es la situación económica de Mexicana, además de enterarnos bien a bien, de las condiciones bajo las cuales se concretó la venta de la empresa. Podemos ganar un tiempo muy valioso para preparar bien la defensa de nuestro CCT. El problema grave que enfrentamos es que la información que manejamos los sobrecargos de base viene de dos fuentes que han perdido totalmente su credibilidad; nuestros ‘representantes’, Paco y Pilar, y la empresa, Emilio Romano y demás.
Los primeros comenzaron desde hace mucho.
Paco ha dejado de lado todas sus promesas de campaña y ha centrado su trabajo en el objetivo de mantener una dirección férrea apegada en el control total del quehacer sindical y no permitiendo la discrepancia y la discusión de los asuntos sindicales, apoyado en el respaldo irrestricto e incondicional de Leticia Varela (que por cierto, ya están fuera y dejaron a Paco colgado de la brocha) y su séquito (obviamente representando a Alejandra Barrales en este asunto. ¿Se acuerdan de la famosa ‘ruptura’?). De esta forma se explican esas posturas autoritarias de ‘aquí el Secretario General soy yo’ y …’son mis atribuciones estatutarias’.. (como si no lo supiéramos) y demás, que forman parte del catálogo de bloopers de nuestro SG, entre otras, el no permitir a la Comisión de Vigilancia el asistir a las reuniones con Mexicana motivadas por el nefasto convenio; el bloqueo a Secretarios del Comité Ejecutivo que no forman parte de ‘sus incondicionales’ (en su momento, Alba Rosa Alvarado, Secretaria de Prensa); el mantenernos insertos en este conflicto que no queremos al ‘obtener’, por medio del cansancio en la Asamblea de septiembre de 2006 con motivo de nuestra revisión, la conformación de una comisión para la discusión de un convenio de productividad, que en sus puntos principales es copia fiel de lo que nos querían quitar en la revisión; la conformación de la misma comisión, al imponer a incondicionales y entre ellos a un sancionado por la misma asamblea restándole credibilidad y confianza a los trabajos de la misma comisión (David Medina Silva, sancionado con seis meses de suspensión en sus derechos sindicales por el asunto de la guardería y los seguros). Todo esto, y muchas otras cosas, han creado un clima de desconfianza e inseguridad en todo lo que venga de Paco Villarreal y Pilar Manrique.
Por su parte la empresa, además de ser una especie de ‘enemigo natural’ en esta lucha clásica entre patrón y trabajador, Emilio Romano creó un clima de terrorismo laboral que ha bajado la credibilidad de la empresa al mínimo. Pifias en la administración tales como la contratación de un avión 767 inservible que ha producido pérdidas que queremos saber a cuanto ascienden y la incursión de AVSA en la ruta a Buenos Aires por que el mercado se encuentra abierto y Mexicana de Aviación, con esta dirección, no ha dado el ancho. Mexicana volando con dos 767 que se quedan parados a la menor provocación y AVSA con sus flamantes 777, ¿como ven?; una falta absoluta de tacto y liderazgo al no reconocer el esfuerzo que hemos hecho los sobrecargos a través de los años con revisiones en cero y concesiones a la empresa en sus múltiples crisis a lo largo de la historia. Y de buenas a primeras pedirnos, no sin antes amenazarnos con la pérdida de la fuente de trabajo, la reducción de nuestro ingreso. ¿Qué no saben que volamos con tripulaciones reducidas y mínimas?, ¿qué no saben que eso redujo el costo laboral unos buenos puntos en el momento en que se negoció?, ¿no cedimos una dotación de uniformes?, ¿no hemos pasado revisiones en cero y con bonos de compensación que son meros paliativos ocasionales y que el sacrificio real es que una falta de aumento repercute de manera proporcional en todas las percepciones y ‘en el tiempo’ (como le gusta decir a Paco)?, ¿Qué no saben que existe una Ley Federal del Trabajo?



La representatividad.
Tácitamente, Paco Villarreal y Pilar Manrique, le han permitido a Emilio Romano a entablar una negociación directa de la empresa con los trabajadores, esto es que la empresa se ha tomado la iniciativa de convocarnos a reunión en el Aeropuerto para platicar directamente con nosotros el pasado 16 de febrero y hasta nos detalló las cláusulas que quiere modificar, además de colocar un vínculo directo en el Portalcorp de la propuesta. Yo me pregunto: ¿Qué acaso los sobrecargos no formamos un sindicato hace más de 45 años para tratar los asuntos referentes a nuestras condiciones de trabajo de manera colectiva, a través de nuestros representantes? ¿Esto significa que nuestros representantes, como nos lo ha hecho saber Paco, consideran que lo que resolvamos directamente con Mexicana es nuestro asunto? (recuerdan “si la empresa le quiere dar permiso pues reclámenle a la empresa” –decía-), ¿Si fuera así, entonces para que demonios queremos estar organizados en un sindicato?
No compañeros, precisamente, el objeto de nuestra organización sindical es el defender nuestras condiciones de trabajo de forma colectiva, por eso elegimos a representantes que hagan esa labor en nombre de todos nosotros, si éstos permiten que la empresa lo haga directamente con cada sobrecargo, tácitamente están aceptando su incapacidad para representarnos. Esta acción de la empresa debiera ser suficiente para que nuestra dirección sindical lo tome como argumento para retirarse de las negociaciones y exigir que ésta se realice a través del sindicato. Si, por el contrario, fue acordado por las dos partes, sería una prueba de la incapacidad de nuestros representantes, Paco y Pilar, y por lo tanto deberían dejar los puestos para que los ocupe alguien que sea capaz y quiera representar los intereses de los sobrecargos.

Los dos problemas.
Por un lado, tenemos un enfrentamiento con Mexicana que ya llegó a la demanda por parte de la empresa alegando un conflicto de orden económico para rasurar nuestro CCT y así permitir un ahorro que le dé viabilidad a la empresa. Por el otro, tenemos un conflicto interno creado por nuestros representantes, al mostrar incapacidad de de generar confianza en sus acciones.
Ahora, con el nefasto Laudo encima, estamos con la bota en el cuello. Nuestros dirigentes han iniciado una campaña política para defender los amparos y muchos tenemos dudas del efecto que pudiera tener tal campaña pues parece estar muy mal hecha. ¡No se entiende! Si un sobrecargo sabe de qué está hablando tal campaña, la gente común parece no entender nada. Si la intención era explicarle a la ciudadanía lo que está sucediendo, la realidad es que solo se le está confundiendo más.

Tengamos presentes las cosas.
La dirigencia sindical, llámese Paco Villarreal y Pilar Manrique, contrató a un asesor financiero que trabajó intensamente en convencernos de que la situación de mexicana era precaria; mantuvieron una propuesta sin el aval de la base en perjuicio de nuestro estatuto y de nuestro CCT y por ende, de nuestros intereses como gremio; si por ellos hubiera sido, ya hubieran cedido desde el 14 de septiembre de 2006 a las pretensiones de la empresa; si hemos mantenido nuestro CCT hasta ahora es por la unidad que ha mostrado la base en torno a la defensa, a como de lugar, de los embates de la empresa y hemos obligado a nuestra representación a defendernos.
¡Triste proyecto de defensa es aquel que para salvar nuestro CCT ofrece su mutilación!
Ahora, con la noticia de la suspensión definitiva, una vez más la dirigencia sindical intenta colgarse el milagrito al decir en la circular del 30 de octubre del 2007 que “Este triunfo (sic) debe reconocérseles a todos los Sobrecargos que con dignidad y unidad confiaron en la defensa jurídica que encabezó el Sindicato y sus asesores legales(sic)”. Yo diría que, tan no confiaron que, muchos decidieron recurrir al amparo individual poniendo en evidencia el apoyo a la representación sindical tan cacareado.
Esto, al margen de esperar a que mexicana reaccione ante la suspensión, es una noticia excelente para todos, que nos hace reavivar nuestras esperanzas en los amparos individuales, el amparo colectivo y en la justicia de este país. Malaventurados todos aquellos que apostaron a la debacle y la claudicación. Aún si el amparo no se resuelve de manera contundente a nuestro favor, todo indica que podemos esperar una resolución favorable.

¿Podremos esperar que David Páramo grite aleluyas a Paco Villarreal y condene la irresponsabilidad de la base necia que no ha seguido ciegamente los comandos de su líder? En este México todo puede suceder. Creo que los sobrecargos sí tenemos memoria.

¡Sigamos adelante con la defensa de nuestras condiciones laborales con o sin el respaldo de Paco Villarreal y Pilar Manrique! Iván Enríquez

1 comentario:

IVÁN ENRÍQUEZ dijo...

Hasta el momento ya se han reembolsado la mayoría del dinero que los sobrecargos amparados individualmente pagaron para comprar su fianza. Solo quedan cinco compañeros sin firmar su solicitud de reembolso. Les informamos que se deberán comunicar a la brevedad con Iván Enríquez o con Ximena Garmendia para realizar el trámite faltante y les sea devuelto su dinero lo antes posible. A quienes pidieron la devo9lución del dinero vía cheque, podrán pasar a recogerlo a ASSA de México con Ximena Garmendia a la Secretaría de Actas. Muchas gracias por su confianza y seguimos en la lucha. Iván Enríquez